Julio Pantoja
Nace en 1961. Fotodocumentalista, periodista, docente-investigador de las Universidades Nacionales de Tucumán y de Rosario, y curador independiente. Por más de veinte años ha publicado en los principales medios gráficos de Argentina y del extranjero, habiendo realizado reportajes en más de diez países. Participó de la creación de las agencias Infoto y SudacaPhotos. Preside la Fundación Infoto y es director de la Bienal Argentina de Fotografía Documental. Fue disertante en eventos culturales y académicos de Argentina, Perú, México, Colombia, Ecuador, El Salvador, Nicaragua, Brasil, España, Francia, Portugal y Estados Unidos. Es miembro del Consejo Editorial de la revista Atlântica del Instituto de Cultura Ibero-americana de Portimão, Portugal; y del Instituto Hemisférico de Performance y Políticas para las Americas de New York University. Sus obra autoral fue expuesta galerías y museos de más de quince países y forma parte de colecciones privadas y públicas de varios países tales como las de la Casa de las Américas (La Habana, Cuba), el Museo Nacional de Bellas Artes y la Casa del Bicentenario (Buenos Aires, Argentina). Statement: LAS MADRES DEL MONTE. Este ensayo fotográfico (completo) se compone de doce retratos de grandes dimensiones, que documentan la difícil realidad de las mujeres que habitan los bosques de la franja norte de Argentina; junto a seis paisajes más pequeños que los contextualizan. Este trabajo busca visibilizar a estas mujeres indígenas y criollas que dejan la pasividad de sus hogares para luchar y oponerse a los atropellos de las grandes empresas agrícolas que arrasan con selvas y bosques para implantar el monocultivo de la soja transgénica que las expulsa y que modifica sustancialmente sus condiciones de vida y el equilibrio ecológico de las tierras en las que viven. Estas mujeres, protagonistas de las fotografías, están presentadas en el centro de la imagen y aisladas del paisaje que las rodea por una tela blanca. En imágenes color y con un formato panorámico, cada foto refleja la pobreza y la soledad con la que a diario se enfrentan a los desmontes y a la falta de respuestas. El uso del color es clave, por la exuberancia del follaje y la crudeza que imponen los grises de los árboles quemados y el rojo brillante de las llamas en los paisajes que completan la serie.